¿Qué tipos de combustibles se necesitan para hacer funcionar un caldero en una planta industrial?

Las calderas industriales o los generadores de calor son dispositivos complejos que pueden generar calor al quemar combustible. Tan pronto como el agua ingresa a la caldera y ha absorbido el calor, se devuelve a la planta. Y su composición consiste en una cámara de combustión, tuberías de agua y el lugar a prueba de fuego donde se produce la combustión. Hoy en día, se utilizan en numerosos procesos industriales que requieren altas temperaturas, como en las industrias química o petroquímica.

El combustible se quema aquí y se alcanzan las temperaturas más altas, que a veces pueden alcanzar los 2000° C. Los economizadores son intercambiadores de calor que se pueden usar para precalentar el agua de alimentación con el calor presente en los productos de combustión. Por un lado, dirige el humo producido durante la combustión a la cámara de humo y, por otro, asegura que se absorba la mayor cantidad de calor posible y luego se libere al agua. Las calderas industriales aparecieron por primera vez a finales del siglo XIX y fueron sin duda uno de los descubrimientos más importantes de nuestra historia reciente.

Son aquellos cuyos gases provienen de la combustión del propio combustible y circulan por las tuberías. En otras palabras, se trata de instrumentos térmicos que sirven para convertir el agua o el fluido de transferencia de calor en vapor al quemar cualquier tipo de combustible. Un desarrollo que ha tenido lugar a lo largo de los años y que nos ha acompañado tanto en nuestros hogares como en las diversas industrias del planeta. Si quieres saber cuántos tipos hay en el mercado hoy, no te pierdas nuestro post de hoy.

En este caso, los gases producidos durante la combustión pasan a través del circuito de la caldera y se descargan a la atmósfera a través de la chimenea. Esta herramienta de gestión ambiental establece límites para las emisiones de partículas de una variedad de fuentes, incluidas las calderas industriales. El uso de un combustible que emita menos partículas y dióxido de azufre (SO) abre la posibilidad de instalar economizadores en calderas y ahorrar al menos un 5% del combustible.

Referencias:

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